Tal vez porque el saco te chingaba se supuso que te quedaba grande la pilcha.
hermanos se crispó la colonia.
cargas se brotaron los patrones.
alegría,
"...mi compromiso con este proyecto, con la patria y con los intereses del pueblo, es y será siempre indestructible". 07-02-11
Militante es aquel que intenta transformar el mundo con su ejemplo; sabe que decir lo que se piensa y hacer lo que dice es el arte mayor de una noble práctica política.
Su proceder está guiado por un precepto evangélico: luchar por la igualdad entre todos los seres humanos.
Su enorme tarea se inscribe en un paradigma fraterno: “ningún ciudadano se realiza en una Nación que no se realiza”.
La cultura de la solidaridad y el trabajo le marcan el norte de las utopías revolucionarias.
Arrastrando este sublime bagaje, caerá mil veces; encontrará energía en el servicio a sus semejantes y mil veces se levantará.
Su paso por la historia sólo está justificado si es capaz de honrar la vida: defender los derechos sociales y políticos de los desposeídos, y sostener a ultranza, poniendo el cuerpo si es preciso, una inquebrantable lealtad con el pueblo que le da su aliento.
Se apega a los principios éticos que hacen mejores a todos los humanos y ejerce las conductas morales escritas en la conciencia colectiva. Por eso el militante sólo existe como héroe colectivo; no puede expresarse como individuo sino dentro de LA MILITANCIA.
Hoy, cachuza, desperdigada y diezmada, esa tropa obstinada en escribir día a día la historia argentina vuelve a encontrar un rumbo y una esperanza. Hacen frente a un enemigo implacable: “la raza maldita de los explotadores” y sus mandaderos: los que tienen, siéndolo o no, “alma de oligarcas”.
Para defender el sueño de una patria justa, libre y soberana, soldados incansables de la igualdad, la libertad y la democracia alimentarán la llama inextinguible de nuestra pasión argentina.
El aluvión de la militancia popular se levantará otra vez como el batallón escogido de un ejército invencible: el de la clase trabajadora argentina.